Buscar este blog

domingo, 7 de marzo de 2010

el samurai


EL SAMURAI


Cerca de Tokio vivía un gran samurai ya anciano, que se dedicaba a enseñar a
los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que todavía era capaz de
derrotar a cualquier adversario. Cierta tarde, un guerrero conocido por su total
falta de escrúpulos, apareció por allí. Era famoso por utilizar la técnica de la
provocación. Esperaba a que su adversario hiciera el primer movimiento y,
dotado de una inteligencia privilegiada para reparar en los errores cometidos,
contraatacaba con velocidad fulminante.
El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una lucha. Con la
reputación del samurai, se fue hasta allí para derrotarlo y aumentar su fama.
Todos los estudiantes se manifestaron en contra de la idea, pero el viejo
aceptó el desafío. Todos juntos se dirigieron a la plaza de la ciudad y el joven
comenzaba a insultar al anciano maestro. Arrojó algunas piedras en su
dirección, le escupió en la cara, le gritó todos los insultos conocidos,
ofendiendo incluso a sus ancestros. Durante horas hizo todo por provocarlo,
pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, sintiéndose ya
exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiró.
8
Desilusionados por el hecho de que el maestro aceptara tantos insultos y
provocaciones, los alumnos le preguntaron:
-¿Cómo pudiste, maestro, soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usaste tu
espada, aún sabiendo que podías perder la lucha, en vez de mostrarte cobarde
delante de todos nosotros?
El maestro les preguntó:
-Si alguien llega hasta ustedes con un regalo y ustedes no lo aceptan, ¿a quién
pertenece el obsequio?
-A quien intentó entregarlo -respondió uno de los alumnos.
-Lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos -dijo el maestro-, cuando
no se aceptan, continúan perteneciendo a quien los llevaba consigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario